Con información de Muy Interesante
El primer chiste de la historia se contó en la antigua Mesopotamia, y tiene como personaje principal a un perrito. Aquí te lo contamos, con su posible significado.
Se sabe que fue escrito alrededor de hace 4 mil años, por algún cómico de la cultura sumeria. Ellos se desarrollaron principalmente en Oriente Medio. Al ser el más antiguo del mundo, fue tallado en una tablilla de arcilla. Aquí te contamos cómo va y qué podría significar. Tal vez, después de milenios de haberse escrito, puede que te de risa.
Mesopotamia es la primer cultura de la que se tiene registro en la historia. Se desarrollaron entre el río Tigris y el Éufrates. De hecho, el nombre de esta civilización quiere decir ‘entre ríos’. Según el diario El País, se extendió en lo que “hoy coincide con las zonas no desérticas del actual Irak y el noroeste de Siria”.
Así como crearon el primer sistema de escritura de la humanidad, conocida como cuneiforme, parece ser que también escribieron el primer chiste de la historia. Los arqueólogos que encontraron la tablilla en la que está grabado piensan que tiene, al menos, 3 mil 900 años de antigüedad.
Así va el chiste: “Un perro entra a una taberna y dice: ‘No puedo ver nada. Voy a abrir ésta’”.
Y eso es todo. Como la tablilla tiene al menos 4 mil años de existir, está incompleta. Según la interpretación actual que se hace del fragmento, podría referirse a alguna costumbre o hábito de los bares en Mesopotamia. Sin embargo, no está claro qué significa, cómo termina o por qué da risa.
Esta tablilla revela que la necesidad de humor ha acompañado a la humanidad desde sus inicios. Paul McDonald, profesor de la Universidad de Wolverhampton, en el Reino Unido, asegura que siempre han sido acertijos o juegos mentales: “Los chistes han variado a lo largo de los años, algunos adoptan el formato de preguntas y respuestas, mientras que otros son ingeniosos proverbios o acertijos”, explica el autor a Reuters.
Chistes similares se han encontrado en Egipto y otras partes del actual Iraq. En general, tienen que ver con faraones, escenas de baño o flatulencias. Así que sí: siempre nos hemos estado riendo de los ruidos que hace nuestro cuerpo y de los políticos que nos gobiernan. “Sin embargo, lo que todos comparten es la voluntad de lidiar con los tabúes y un grado de rebeldía“, concluye el experto.